La familia que Dios me dio es mi más grande tesoro. Ella es la que me proporciona todo lo que yo necesito. Para venir al mundo necesitaba unos padres y Dios me los asigno, unos hermanos para compartir y aprender al lado de ellos y Dios me los regalo.Necesité salud para crecer sano y él me la dio. Cuando crecí y necesite una persona con quien formar un hogar y repetir el ciclo humano de la reproducción, Dios me presentó la persona que él había entregado a otro familia para que creciera y se preparara para formar el hogar conmigo. Cuando ya tuvimos edad para decidir que hacer con nuestras vidas, nos guió a formar nuestro hogar y al igual que a nuestros padres él nos guió para edificar nuestro hogar. Sin mi familia extendida, sin mis ancestros, sin mi Dios, yo no existiría. Gracias a él y a ellos yo soy quien soy y he logrado mis sueños. Gracias a mi familia nuclear he logrado aprender muchas cosas que cuando era un niño ;no tenía edad para comprender muchas de las cosas que veía, oía y hacia. Hoy convertido en un adulto recuerdo grandes pasajes de mi vida de niño; tan interesantes que fortalecieron mi vida y me llevaron a crecer con alegria
. Los hijos nos llevan por el camino de los recurdos cuando comparamos las fotos, vemos sus actitudes, sabemos sus reacciones y cuando nos vemos reflejados en ellos. Y que decir de los nietos, esa generación que nace con tantas capacidades que nos llevan a pensar que son hijos del tiempo! con esas habilidades y destrezas que nos cautivan
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